«Un lugar [EEUU] donde las organizaciones de izquierda son casi invisibles, el sistema las ha asimilado, el individualismo ha destruido cualquier forma organizativa.»
Son invisibles para los medios de ocupación ideológica de los que maman los que nos informan aquí, pero allí hay organizaciones de izquierda de base que montan campañas que tienen muchos más efectos que los paños calientes con las que se andan los partidos parlamentarizados españoles, autodenominados izquierda, que no son sino comparsas o, peor aún, tontos útiles.
Después de la campaña de las organizaciones antibelicistas, tocando directamente a los representantes, Obama no tenía muy claro obtener respaldo del congreso para atacar Siria. Ni comparación con los canales que tenemos aquí para hacernos oír ante nuestros «representantes».
En EEUU está siempre claro quiénes forman los lobbies que promueven determinadas acciones gubernamentales e iniciativas legislativas, y quienes se oponen. Eso no quiere decir que las fuerzas estén equilibradas, que no sea un estado represivo y autoritario, pero al menos no pasa como aquí que los dueños ponen a sus marionetas delante y estas nos cuentan batallas del interés general, de las políticas necesarias, de lo que es razonable, sin que quede demostrado hasta mucho después que están al servicio de sus amos.